Hoy me he preguntado tantas veces lo mismo ¿ Cuánto vale una vida ?. Será que esta respuesta depende de quien le ponga valor y qué tipo de valor?. En este momento que me gana el pesimismo no sabría decir nada a ciencia cierta.
Aunque procuro tener una visión tranquila del mundo, no puedo estar ajena de lo que también hay en él, y como lo he expuesto en varias ocasiones y quienes me conocen lo saben, el respeto y todo lo que ello implica es muy sagrado para mí y más si tiene que ver con la vida misma. En estos momentos en que sigo cumpliendo mi papel de observadora, tarea que surgió solamente de mí y a la cual no le atribuyo responsables, veo otra cara de la moneda, una cara que siempre ha existido y que hoy me entristece más. Once seres humanos se despiden a la fuerza, quedando registrados en esta lista que parece no tener fin. Si. Me refiero a los once diputados, no voy a mencionar fechas, nombres y menos culpables. Sólo quiero escribir porque como yo habrá muchos que sienten lo mismo, tristeza, rabia y desesperanza. Entonces recurro a la soledad para encontrar respuestas, y desde allí me mantengo en silencio. Por ahora cierro mis ojos y dirijo una oración al cielo.
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